"Escucha, la vida se nos va y no hemos tenido ocasión de abrir la boca. De niños era diferente. Te acuerdas cuando cantábamos en el coro y el director, con ojos de odio, agudizaba el oído, intentando localizar al causante del desafinado? Una bofetada indicaba el fin de las investigaciones. Te confesaré que yo entonces abría la boca y no profería nota alguna por miedo. Ahora hago lo mismo."
Ibarria, Alonso, Histórias para Burgueses, Editorial Estampa, 1976
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